Propósito: Determinar cuál es el efecto crónico de un programa de ejercicios contra resistencia sobre la masa y la fuerza muscular, la función física, la cognición y el factor de crecimiento insulínico tipo I de mujeres adultas mayores.
Metodología: Participaron 26 mujeres adultas mayores jubiladas entre los 65 y los 80 años, quienes fueron asignadas aleatoriamente a dos grupos (Control n = 14, Edad = 68.79 ± 3.7 años; Experimental n = 12, Edad = 69.29 ± 2.52 años). Para evaluar la estructura y funcionamiento muscular, se evaluaron la masa intramuscular libre de grasa (MILG), fuerza muscular con el método de 8 RM (para los ejercicios de extensión y flexión de rodillas, aducción y abducción de caderas, press de pecho sentado, remo espalda sentado y press de piernas), grosor muscular (vasto lateral, vasto medial, vasto interno, recto femoral) y calidad muscular. Asimismo, se midieron la prueba de levantarse y sentarse en 30 s y la prueba de agilidad para evaluar la función física. Con respecto a las pruebas cognitivas, se evaluaron la memoria a corto plazo, la memoria de trabajo, la velocidad psicomotora, atención y flexibilidad mental; finalmente se evaluó el factor de crecimiento insulínico tipo I (IGF-I). Las participantes del grupo control realizaron ejercicios de stretching y Tai Chi, y las del grupo experimental realizaron ejercicios contraresistencia. Ambos grupos trabajaron 2 veces/semana, 40 min por sesión, durante 8 semanas. El grupo experimental se ejercitó a un 70% de 8 RM. Al inicio del programa (semana 1) y al final del mismo (semana 8), a todas las participantes se les realizaron mediciones de todos los test establecidos previamente, solo al grupo experimental se le evaluó otra vez las pruebas de fuerza a la mitad del programa (semana 4) para ajustar las cargas de trabajo. Se obtuvieron las estadísticas descriptivas (M ± DE) y se calcularon pruebas de ANOVA de 2 (grupos) x 2 (mediciones) para las variables demográficas y antropométricas, musculares, pruebas físicas funcionales, pruebas cognitivas e IGF-I. Se realizaron análisis post-hoc de efectos simples cuando las interacciones de las pruebas de ANOVA fueron significativas a p < 0.05.
Resultados: Se hallaron diferencias significativas entre el pretest y el postest en la fuerza de extensión (experimental) y flexión de rodillas (experimental y control), press de pecho (experimental), aducción de caderas (experimental), espalda (experimental) y press de piernas (experimental y control), en la capacidad para levantarse y sentarse de una silla y la agilidad (experimental) y la flexibilidad mental (experimental) (todas las p < 0.05).
Conclusión: El entrenamiento contraresistencia mejoró la fuerza muscular, la funcionalidad, y la flexibilidad mental de adultas mayores en comparación con el grupo control. El cambio positivo en la flexibilidad mental es un hallazgo relevante debido a la escasa cantidad de estudios en adultas mayores. Otro hallazgo relevante fue el aumento de la concentración de IGF-I en ambos grupos de estudio luego de 8 semanas de realizar actividad física y entrenamiento. Este aumento es beneficioso para las adultas mayores debido a la demostrada importancia de los factores de crecimiento para la salud cerebral.
Purpose: To determine the chronic effect of a resistance training program on muscle mass and strength, physical function, cognition and insulin-like growth factor I of elderly women
Methods: Twenty-six retired older adult women between 65 and 80 yr. were randomly assigned to two groups (Control, n = 14, Age = 68.79 ± 3.7 yr.; Experimental, n = 12, Age = 69.29 ± 2.52 yr.). Assessments included fat-free intramuscular mass (FFIM), muscle strength evaluated using the 8 RM method (knee extension and flexion exercises, hip adduction and abduction, seated chest press, rowing back sitting and leg press), muscle thickness (vast lateral, vast medial, vast internal, rectus femoris) and muscular quality. The chair-rise test in 30-s and an agility test to assess physical function were also measured. Cognitive evaluation included the short-term memory, working memory, psychomotor speed, attention and mental flexibility. Insulin-like growth factor I (IGF-I) was also evaluated. Participants in the control group performed stretching and Tai Chi exercises, and those in the experimental group performed resistance exercises. Both groups attended 2 times/week, 40 min per session, for 8 weeks. The experimental group exercised at 70% of 8 RM. At the beginning of the program (week 1) and at the end of the program (week 8), all participants were tested for all previously mentioned tests, only the experimental group was evaluated again for strength in the middle of the program (week 4) to adjust workloads. Descriptive statistics (M ± SD) were obtained and ANOVA tests of 2 (groups) x 2 (measurements) were calculated for demographic and anthropometric, muscular variables, functional physical tests, cognitive tests and IGF-I. Tukey’s follow-up analysis were done when ANOVA interactions were significant at p < 0.05.
Results: Significant differences were found in extension strength (experimental) and knee flexion (experimental and control), chest press (experimental), hip adduction (experimental), back (experimental) and leg press (experimental and control), in the ability to get up and sit from a chair and agility (experimental) and mental flexibility (experimental) (p ≤ 0.05 for all).
Conclusion: A resistance training program improved muscle strength, functionality, and mental flexibility in women older adults compared to the control group. The positive change in mental flexibility is a relevant finding due to the small number of studies in older adults. Another relevant finding was the increase in the concentration of IGF-I in both study groups after 8 weeks of physical activity and training. This increase is beneficial for older adults due to the proven importance of growth factors for brain health.